jueves, 14 de mayo de 2020

ECHABA DE MENOS EL SERVICIO DE EXTENSIÓN AGRARIA Y… ¡LO HE ENCONTRADO! (pero no en España) (Parte I.- Lo que fue en España)

LO QUE FUE EL SERVICIO DE EXTENSIÓN AGRARIA EN ESPAÑA
El SEA divulgando con medios audiovisuales
 (Foto López Borderias; Pozán de Vero Barbastro 1960)
Cuando hace unos meses asistí a una demostración práctica del Servicio de Extensión Agrario brasileño (Emater se llama en el estado de Rio Grande do Sul) no pude por menos que retrotraer mis recuerdos a los años en los cuales aquel servicio se prestaba en España: el SEA. 
En esta ocasión ha sido en Brasil, gracias a la colaboración con los técnicos del Laboratorio Agrotec de la Universidad Federal de Santa María.
¿Mis sentimientos? Sinceramente, me ha causado envidia.
Envidia por la organización del sistema implantado; por el compromiso tanto de los técnicos del Emater como de los técnicos de Agrotec; envidia por el servicio prestado. 
Tras la envidia, la reflexión, la conversación con los técnicos brasileños de lo que fue la experiencia española, de como me afectó a mí personalmente y lo que es la actualidad de la experiencia brasileña.
Resulta que yo soy ingeniero agrónomo por el SEA
Así es, yo soy ingeniero agrónomo gracias al SEA. Empezaré por el principio
Hubo una España “triste”, salida de una guerra civil, con una terrible posguerra en mitad de una guerra mundial. La mayoría de historiadores me darán la razón si afirmo que aquella España empezó a transformarse, de verdad, a partir de un hecho que resultó relevante; me refiero a la visita del presidente norteamericano Eisenhower. Era 1959, y no me equivocaré mucho si digo, que el hecho produjo el empujón definitivo a un movimiento de cambio que ya se estaba produciendo en aquella España rural, eminentemente agraria. No piensen los “jóvenes” de hoy que la España que conocen, urbana y quizá “desubicada”, fue así siempre: ¡tuvimos una España rural!. De aquella, la rural, a esta, la urbana, se ha pasado de forma paulatina, pero sin pausa. Y aquí estamos.
Demostración de ordeño mecánico (Foto Feijoo 1959)
Aquella etapa de transformación se puede dar por acabada con el ingreso de España en la Unión Europea, 1986. A partir de ahí todo cambia. En pocos años pasaremos del NO-DO a una España “no la conoce ni la madre que la parió” (cita de D. Alfonso Guerra)
Ni digo, ni afirmo, ni desmiento, si el cambio ha sido bueno, lo que digo es que hay cosas que convendría de recuperar, por ejemplo, el SEA.
Demografía: España contaba a comienzos de la década de los 50 con unos 28 millones de habitantes de los cuales el 60 % vivía en poblaciones menores a 10000 habitantes y hasta un 40 % en poblaciones menores de 2000 habitantes.

El SEA: El Servicio de Extensión Agraria fue, sin duda personal, el principal causante de la transformación de la agricultura española. Afirmo y creo que hay un sentimiento general para aquellos que conocieron el SEA, que pocas veces un conjunto de técnicos agronómicos consiguió tantos resultados en la transformación de un sector. Mi felicitación por aquellos profesionales a los que se le unieron otros en aquella labor de modernización de la agricultura española (me estoy refiriendo por ejemplo al Servicio de Concentración Parcelaria)
Aquel conjunto de técnicos, bien dirigidos, fueron responsables de explicar a los agricultores los beneficios de ir mecanizando el campo, de sustituir el arado romano por aperos que mejor se adaptaban a cada tierra. De hablar de semillas elegidas, de cómo se podía ahorrar agua mejorando los sistemas de riego, pero también de cambiar la mentalidad del agricultor para que él mismo pasase de considerarse un “destripaterrones” a un empresario agrícola.
Presentación de cosechadora. (Foto Serrano, 1963)
El servicio del SEA basó su éxito en la aproximación al agricultor y que actuó sobre todo de la mano del denominado Instituto Nacional de Colonización (INC)
Instituto Nacional de Colonización: Se crea en España recién concluida su guerra civil, 1939 y se mantiene hasta 1971 que dio lugar al Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA) que a su vez desaparece en 1995 por refundirse con el ICONA en los actuales Parques Nacionales.
El INC dependía del Ministerio de Agricultura. Su fin era reactivar el sector agrícola
El SEA y yo: Y volvemos al comienzo. Recordará el lector que afirmé que yo era ingeniero agrónomo gracias al SEA. Efectivamente así fue. Se trata de una anécdota de mi niñez; que como casi todo lo que ocurre en esa particular etapa marca tu futuro.
Tras la llamada de mi padre al SEA para explicarles el problema que existía en una viña familiar, aquellos técnicos tuvieron una respuesta tan rápida, eficiente y profesional, además de transmitida en un lenguaje que nosotros pudimos entender, que yo pensé “cuando sea mayor, quiero ser como ellos”.
Aquel servicio era, por supuesto, gratuito, y los técnicos estaban siempre con una predisposición exquisita (hablo por lo que yo pude comprobar en mi zona).
¿Quiénes eran los agentes del SEA?: Pues eran técnicos, normalmente ingenieros técnicos, veterinarios y capataces agrícolas que se formaban en las instalaciones que el Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas (INIA) tenía, creo que tiene, en El Encin (al lado de Madrid), también había otras escuelas, pero yo no las he conocido.
¿Y dónde están aquellos técnicos del SEA hoy?
Llegan los tractores (Foto V. Alvarez, 1962)
Pues aquellos técnicos del SEA fueron “reabsorbidos” en 1991 para confeccionar las actuales Oficinas Comarcales Agrarias (OCA´s) o como se llamen en cada Comunidad Autónoma (eso es otro “cantar”)
Aquel servicio fue reconocido mundialmente incluso por la FAO. Hoy países de primer nivel agrícola (Alemania, Australia, Brasil, Estados Unidos, Francia…) lo mantienen…
Aquella labor de asesoramiento terminó y su labor cambió totalmente, en vez del asesoramiento técnico pasó a ser un trabajo de “inspección” de controlar que los “papeles” decían lo que en realidad debían decir y en hacer estadísticas para ir confeccionando la Política Agraria Común. La realidad es que ahora gestionan subvenciones y ayudas, documentos y declaraciones de PAC, estadísticas, planes de reestructuración, reforestación. En fin, “contando olivas”, tramitando expedientes, hablando de recintos, subrecintos, polígonos y parcelas…

¿VOLVER A IMPLATAR EL SEA?
Pues sería muy buena idea y en realidad hay Comunidades Autónomas que lo están intentando. Estoy hablando de implementar un SEA en una España totalmente diferente a aquella. Pero defiendo aquella labor de formación y asesoramiento. Los agricultores son gestores de una empresa realmente difícil de gestionar. La empresa agrícola está cada vez más profesionalizada porque cada vez es más difícil competir: La maquinaria cambia de forma acelerada, también los fitosanitarios que hay en el mercado para luchar contra plagas y malas hierbas, el mercado dentro de la “aldea global”.
A los tractores aunque se les mira con desconfianza
(Foto J. Matamala Codina, 1955)
La labor de divulgación es hoy, en la España “de color”, tan importante como lo fue en aquella España “en blanco y negro”. Aquella labor de enseñanza de las técnicas básicas agrícolas, de los secretos de la incipiente maquinaria que empezaba a invadir nuestros campos, de semillas, de mercados y cooperativismo, de abonos… son hoy tan necesarios como entonces lo fueron. Nuevas técnicas de cultivo, siembra directa, lucha contra nuevas plagas, resistencia de malas hierbas, novedosa maquinaria y eficiencia en la misma, fitosanitarios y su uso así como la búsqueda de medios alternativos, cultura “verde” y medioambiental, el cambio climático y la adaptación de los cultivos o la elección de cultivos alternativos, trazabilidad de las producciones, agricultura ecológica, gestión inteligente del recurso hídrico… son algunas de las “lagunas” que suele tener nuestro sector agrario. Y sin embargo se les deja “a la buena de Dios”.
Agricultores que tienen enormes cantidades monetarias invertidas e inmovilizadas en maquinaria y que no se les da más ayuda que la que, a veces de forma sesgada y parcial, proporcionan las casas fabricantes de insumos. Si, si ya sé que hoy también tenemos técnicos en las cooperativas que están sobradamente preparados, pero, mi humilde opinión, quizá hoy la forma de transmitir que tenemos es lo que diferencia a aquella forma que tenía el SEA de involucrarse, de vivir en primera persona los problemas de los agricultores y ganaderos.
Donde estuviese el problema allí estaban los agentes del SEA (Foto Ruiperez 1961)
Fotos: Obtenidas del fantástico banco de imágenes del Ministerio de Agricultura de España: https://www.mapa.gob.es/es/ministerio/archivos-bibliotecas-mediateca/mediateca/

Sigue en: Parte II, lo que es en Brasil

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo Heliodoro. Más claro imposible. Y respecto a que pueda volver la labor de asesoramiento es posible.
    J. A.

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    1. Gracias J.A. por el comentario. Pero no, no estoy de acuerdo contigo en que pueda volver la labor de asesoramiento. Ahora interesa "contar olivas", o ver si has puesto las centiáreas correctas o si has dividido tu parcela en recintos y subrecintos... Los planes de regadío, las concentraciones parcelarias, la difusión de nuevas técnicas, la presentación de máquinas, las demostraciones en campo... eso ya no interesa.
      Saludos

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  2. Aunque el SEA ha sido transformado en "cuenta olivas", la labor de asesoramiento, información y formación al agricultor/ganadero es fundamental y hoy existe en muchas zonas gracias a los técnicos de cooperativas.

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    1. Si, hoy la labor de divulgación y asesoramiento está en manos de los técnicos de las cooperativas que también hacen una estupenda labor. En realidad esa labor sigue siendo tan importante como lo fue entonces. Ahora debemos seguir formando en siembra directa, en laboreo en bandas o en técnicas de cultivo, o en el manejo de nuevas plagas de resistencia a los herbicidas de algunas malas hierbas, del cuidado del medio ambiente, de maquinaria novedosa, de gestión de explotaciones, de contabilidad y amortización, de adaptación de cultivos o elección de alternativas, de trazabilidad de la producción, del manejo de la energía y el agua... quizá demasiado para solo "un técnico"
      En fin, veremos como evolucionamos.
      Saludos

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