miércoles, 7 de septiembre de 2022

LÍNEAS DE PRODUCCIÓN DE MAQUINARIA AGRÍCOLA: LA TORMENTA PERFECTA (Parte II)

Made in Spain
En la 1ª Parte se analizó como se paran las líneas de montaje por falta de suministro de semiconductores, como los microchips están siendo el centro de decisiones geoestratégicas y quienes llevan "la voz cantante" en este mundo de alta tecnología microelectrónica.

En esta 2ª parte se analiza como algunas empresas están tomado las decisiones de volver a sus países de origen, y los problemas que ahora mismo tiene la producción en lo que hasta hoy era un "paraíso" fabril. 

 ¿MADE IN CHINA O MADE IN SPAIN?

Y todos estos juegos macrogeopolíticos están organizando un movimiento de empresas…

Empresas que se fueron a China a abaratar procesos productivos y que ahora “hacen las maletas” y vuelven a casa.

Las empresas pioneras “en hacer las chinas” fueron empresas de calzado, también las jugueteras y las textiles. Aquel proceso que se inició con los últimos años del siglo XX y se disparó con el inicio del XXI parece que puede revertir; aún nos falta perspectiva para analizar el alcance de lo que parece iniciarse.

No nos engañemos, faltan años para que la “fábrica del mundo”, China, pierda el enorme protagonismo, casi monopolístico, que a día de hoy tiene, pero si aparecen signos que indican que algo está cambiando.

¿Vuelven las empresas a sus países de origen?

Empresas que ya han hecho las maletas coinciden en explicar que “con las nuevas tecnologías se permite una fabricación más eficiente independientemente de donde se tenga instalado la fábrica”.

Además, no olvidemos la guerra que ha mantenido, y mantienen, EEUU y China; esta “guerra” ha ocasionado que algunos “mandamientos” en la actividad fabril cambien.

La Administración estadounidense, primero con Obama y posteriormente con Trump, y parece que Bidem sigue la misma senda, ha sido un claro aliado para el retorno de su industria fabril. También en Europa, algunos líderes que se dedican a “pensar en grande”, Ángela Merkel a la cabeza, han visto claro (la pandemia ha hecho algún “milagro” en este sentido) que no podíamos seguir dependiendo del “made in China” y, sobre todo en sectores estratégicos, la fabricación “nacional” o de “países amigos” debe priorizarse.

Pero es que además todo este movimiento parece que no se ha quedado en componentes estratégicos y críticos, e incluso desde el prisma del mismo consumidor existe un cambio, una tendencia a comprobar si el proveedor es nacional o, al menos, de un “área común”.

Los norteamericanos de EEUU que tienen estadísticas para todo, publicaron una encuesta de su Cámara de Comercio donde aseguraban que algo más del 40 % de las empresas estadounidenses que disponían de fábrica en China, estaba contemplando trasladar su instalación; y cuando se les preguntaba cual era el nuevo lugar elegido, las respuestas fueron: A países asiáticos (Taiwan, Tailandia, Indonesia, Vietnam, India, Singapur…) un 25 %; a Méjico el 10%; a EEUU, 6%. Y ojo, porque hay países como Tailandia que ofrece hasta un 50 % en la rebaja fiscal a los fabricantes que se reubiquen en su país provenientes de China.

En dicha encuesta había empresas tan conocidas y “multinacionales” como Black&Decker, Dell, HP, Apple, Go Pro…

En Europa que no tenemos tantas encuestas, pero tampoco somos tontos, se está viendo como algunas empresas llevan tomando posiciones para la compra de suelo y la gestión de permisos en países como Marruecos o Túnez.

El problema del retorno: Pero la vuelta no es tan sencilla. No solamente se trata de amortizar las inversiones realizadas; tampoco consiste en abrir una nueva fábrica sofisticada en territorio nacional. Quizá lo más complicado es montar la red de proveedores industriales y tecnológicos a la par que tener personal capacitado. Y justo ahí, la “vieja Europa” sabe que tiene un problema.

EL DRAGÓN PARECE QUE NO ES TAN FIERO

Varias son las razones por las que fabricar en China puede ser cada vez menos atractivo.

El coste de fabricación en China cada vez es más alto

  • El constante incremento de costes laborales: A los chinos también les gusta vivir bien, y es que una vez que han leído que en occidente se trabajan 8 h y que tienen 30 días de vacaciones… pues claro se “malean”
  • El encarecimiento de los costes de producción debido a las exigencias medioambientales: ¡por fin los chinos parecen preocuparse por estas cuestiones!
  • La crisis energética a la que ni los chinos escapan

Leyes discriminatorias:

El plagio ha llegado al descaro y, por qué no, al insulto.
Tractores Ensign
A la subida del coste de producción se añade otro factor nada desdeñable, y es que China tiene unas leyes “racistas” capaces de distinguir entre fábricas nacionales y extranjeras a pesar de que ambas fabriquen en suelo chino.

Control de calidad: Resulta muy complicado realizar un óptimo control de calidad cuando se debe hacer a tan larga distancia.

Logística: Con algunos puertos occidentales colapsados (Los Ángeles, Long Beach, Felixstowe…) y los buques portacontenedores subiendo sin parar sus precios.

Componentes “subjetivos”: Como ya he comentado unas líneas más arriba, parece que el consumidor valora cada vez más a las marcas “próximas”. La etiqueta buy american y sus homólogas “marca España” o las más populares “made in Spain” o “made in UE” … tiene cada vez más valor, a la par que existe un mayor rechazo al “made in China

Y también subjetivo es otro factor como el miedo. El miedo se ha metido en los huesos de cada uno, con independencia de que fuese un simple obrero o el presidente de una gran corporación. No hace muchos meses que todo el mundo clamaba por recibir aviones con mascarillas desde China; ¡mascarillas!, una tela con una goma… ¡Ay Occidente!

Si a todo lo enunciado, se suma que las fábricas en suelo europeo o norteamericano están bajando sus costes de producción debido al incremento de la automatización y la robótica pues se junta un buen “cóctel” capaz de decidir la “repatriación de la producción”

No al retorno por el retorno

"Valtra" chino Qianli Machinery1404
140 CV motor YTO 6 cilindros
Los que de verdad han tomado la decisión del “retorno” y de aquellos analistas que participan de las decisiones, lo que hablan es de “diversificar las cadenas de suministro”, es decir, no considerar a China como un proveedor global si no que sea una alternativa más a países como Vietnam, Taiwán, Tailandia, Indonesia, Marruecos, Túnez, México… y que todos estos países sean proveedores de “partes” pero no “del todo” y tener, siempre, el montaje final, que a la postre representa el mayor valor añadido, en los países matrices, en los países que diseñan el producto.

¿Y China, se quedará con los brazos cruzados?: Está claro que, si China viese perder su poder, la “caldera a presión” de su población puede salir por donde menos lo esperemos.

Por lo que sé, y sé bien poco, me atrevo a “mojarme”. Considero que los chinos ya no son aquellos “trabajadores infatigables que agachaban las orejas”. Pienso que una vez vistas las “bondades capitalistas”, y disfrutado de sus salarios de clase media que les ha permitido tener un piso, un coche y vacaciones; si ahora hubiese que “retroceder” es posible que el inexpugnable politburó tuviese que volver a revivir un Tiananmén.

Los “chinos” se van de China: Hay ejemplos de empresas chinas que han llevado su producción a países africanos con el beneplácito del gobierno chino. Los analistas comparten opinión; el gobierno chino ve en esta “deslocalización” un instrumento para asegurarse recursos naturales: yo te monto plantas de fabricación, paso a ser tu acreedor y así marcaré tu política en las próximas décadas…

Algunos ejemplos de “retorno”

En EEUU hay varios ejemplos de vuelta como ha sido el fabricante de equipos de aire acondicionado, Carrier, que ha fortalecido su fábrica de Indianápolis. O la misma Apple inaugurando una fábrica de última generación en Austin (Texas). Incluso General Motors y Ford Motor que están invirtiendo para revitalizar el que fuese corazón “mecánico” de EEUU, Detroit, llevando allí sus instalaciones para fabricar coches eléctricos.

En España: No son pocas las empresas españolas que, al igual que sus compañeras más internacionales, están optando por hacer planes tangibles para relocalizar producción fuera de China o incluso la vuelta a la propia España.

Algún ejemplo en España como la “repatriación” del fabricante de bicicletas Orbea (volvió en 2015) o las textiles Mango y Pepe Jeans, los "zapateros" de Rebeca Sanver (zapato y moda) y varios ejemplos más.

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