miércoles, 31 de mayo de 2023

DE TORNILLOS, ROSCAS Y LLAVES

Podría ser esta la continuación de aquella entrada “de tornillos y roscas” que tan buena acogida tuvo entre los seguidores del Más que Máquinas.

ATORNILLADO

El tornillo tiene como función unir dos o más elementos; las piezas unidas o sujetas por el tornillo se dicen atornilladas y se trata de una unión que puede ser desmontada con el movimiento opuesto (desatornillar)

Durante la operación de atornillado se aplica una fuerza de precarga que consigue una fuerza de retención.

Al ejecutar el atornillado la fuerza aplicada determina una curva (Gráfico 1) que se convierte en herramienta fundamental en el análisis de un ensamblaje; se trata de la curva de par en el roscado de un tornillo y que registra los valores de par que se van obteniendo según se incrementa el ángulo de giro del tornillo:

  • Zona de roscado: Valores de par obtenidos desde el inicio del roscado hasta que la cabeza del tornillo asienta en la pieza de ensamblaje; en la cual el valor del par de roscado Tth es el que asegura que la cabeza del tornillo apoya sobre el material
  • Energía de atornillado: área bajo la curva en la zona de roscado; marca la energía necesaria para atornillar la pieza. Un área pequeña indica mayor ergonomía del sistema, aunque menor resistencia al aflojamiento del tornillo por vibraciones
Gráfico 1 Curva de par de atornillado (De Celo Screw Technology)
  • Ángulo de roscado: es el número de vueltas para que el tornillo asiente en la tapa
  • Zona de apriete: valores del par que están comprendidos desde el asentamiento del tornillo en la tapa hasta que se produce el fallo de alguno de los componentes (se pierde la compresión)
  • Par de apriete óptimo (Ta): asegura la compresión y evita deformaciones no deseadas en las piezas
  • Zona de fallo: son valores de par que se obtienen cuando ya se ha perdido compresión
  • Par de fallo Tf: es el par a partir del cual un componente del ensamblaje falla e indica el valor de par máximo permitido en el sistema

Vida útil de un atornillado, fuerza operacional

Una vez realizado el par de apriete entre dos superficies, se inicia la denominada vida útil del atornillado. A lo largo de esa vida útil se producirán unas fuerzas operacionales que serán todas las fuerzas estáticas y dinámicas que actúan sobre las piezas unidas y que intentan separarlas.

Método "cuestionable" para evitar el aflojamiento

La eficacia del atornillado hará que se pueda o no perder fuerza de unión. Intervendrá mucho en esa magnitud de pérdida de fuerza el tipo de tornillo que se haya usado; no es lo mismo un tornillo con recubrimiento superficial que otro sin él; como tampoco es lo mismo un tornillo lubricado que el mismo tornillo con óxido; y tampoco es igual un tornillo de una métrica u otra…

PAR Y ÁNGULO DE APRIETE

El control del par de apriete es el proceso más utilizado en el ensamblaje por uniones atornilladas. En las especificaciones de montaje de toda ingeniería que se precie, se cuantifican los pares de apriete. Incluso cuando los requisitos son más estrictos, entonces incluso se especifica, además del par de apriete, el ángulo de apriete.

El ángulo de apriete significa que el tornillo debe girarse un ángulo prescrito después de que se haya alcanzado el umbral mediante el par de apriete consignado.

El ángulo de apriete se reserva para situaciones con requisitos críticos en seguridad, por ejemplo, es habitual utilizar esta premisa en los tornillos de culata de los motores. Se trata de un dato que resulta proporcional a la fuerza de precarga y depende de la rosca del tornillo.

Tanto el par como el ángulo de apriete se calculan antes del montaje y queda reflejado en los planos e instrucciones de montaje.

Llave dinamométrica: El par de apriete es el producto de la fuerza aplicada y la longitud de palanca. Para proporcionar, cuantificando, un determinado par de apriete es necesario disponer de una llave dinamométrica. Pero no por tener dicha llave se tiene garantía de dar el apriete determinado puesto que se debe hacer un buen uso de la herramienta. En primer lugar, la llave debe estar bien ajustada, pero es que además se debe aplicar la fuerza en el punto indicado. Si el usuario no agarra por donde indique el mango de la llave el punto de aplicación de la fuerza se desplaza y la medición puede ser errónea. Lo habitual es que una buena llave dinamométrica disponga de un mango ergonómico que sitúe la mano en la posición correcta. Aunque, justo es decirlo, otras llaves de alta especificación son capaces de medir el par de apriete independientemente del punto de aplicación de la fuerza.

LLAVES PARA TUERCAS Y TORNILLOS

Aunque el “universo” de llaves es amplio, se puede generalizar distinguiendo los tipos de llaves más extendidas, por una parte, las de tamaño fijo: boca fija; estrella; tubo; torx, allen, y por otra parte las de tamaño graduable como la inglesa y sus versiones. A partir de ahí hay variaciones como podrían ser las llaves de carraca o la llave francesa, las llaves combinadas e incluso se podría considerar también algunos tipos de alicates como llaves.

Y los de origen inglés otra vez a su “bola”: En países con utilización del sistema métrico, el ancho de boca de la llave se indica en milímetros. Aquellos de “origen inglés” utilizan el sistema imperial y los anchos de boca van marcados en pulgadas, aunque ojo porque ni ellos se entienden y mientras los norteamericanos usan la pulgada estadounidense, los británicos la suya…

Tamaño fijo

Boca fija: Es el tipo de llave más extendido. Aunque las hay para tornillos de cabeza cuadrada, las más habituales son con boca para tornillo hexagonal con tamaños que van desde los 6 mm a 35 mm. La boca de la llave generalmente presenta un ángulo de 15-20°, abrazan la cabeza del tornillo o tuerca por dos flancos. El mango es estrecho y plano.

Son llaves muy apreciadas porque permiten trabajar en espacios reducidos, son las más versátiles. La más conocida es la de dos bocas (llave española)

Su debilidad estriba en que la llave puede resbalar por tener la boca abierta.

Llaves de estrella: Para reducir la desventaja de la llave de boca fija se pensó la llave de estrella que apenas resbala y que además sujeta al tornillo o tuerca en todo el perímetro.

Suelen hacerse diseños del mango plano o acodado con más o menos ángulo. Son capaces de transmitir pares de apriete superiores que la llave fija abierta. Pero efectivamente necesitan más espacio que la llave abierta.

Son habituales las combinaciones de boca fija y boca estrella. También se encuentran llaves de estrella con sistema de carraca.

Llave de tubo: En el extremo del tubo se coloca el contorno hexagonal para adaptarse a la cabeza del tornillo o tuerca. El ataque al tornillo se hace en vertical. El problema es que se dispone de muy poco par para la labor de apriete o desenroscado, pero se suple o bien con un pasador que se introduce en el tubo de forma perpendicular o con la acción de una llave fija. El hexágono tiene buen asiento y abarca toda la tuerca.

La desventaja radica en que solamente son útiles en uniones atornilladas a las que se puede acceder en vertical.

Allen: En España se ha heredado el nombre norteamericano. Es una llave hexagonal que se utiliza para tornillos prisioneros y que permite aplicar fuerza en toda la superficie interior de la cabeza del tornillo, aunque el tornillo Allen no admite mucho par; y tampoco es apto para uso en exteriores debido a que puede acumular suciedad en el hexágono interior.

Torx: Es una patente desarrollada en 1967 por Camcar Textron. Es un tipo de llave Allen con la diferencia que el tornillo es algo diferente. Con esta llave la fuerza de apriete se transmite perfectamente centrada y en toda la superficie. Es por tanto un sistema que apenas sufre desgaste; es también el preferido cuando la función de enroscado la van a llevar robots.

La carraca: Es un mecanismo que proporciona una gran ventaja por la libertad de movimiento en sentido contrario; el tornillo se aprieta sin necesidad de retirar la llave y volverla a colocar. Además, se dispone de un sistema para cambiar el apriete a izquierda o a derecha.

Lo habitual es que la carraca lleve una llave de estrella, pero incluso puede estar asociada a una llave inglesa.

Tamaño variable

Llave inglesa: Es una llave sumamente útil porque tienen boca ajustable, capaz, entre ciertos límites, de adaptarse a cualquier tornillo; no falta nunca en la caja de herramientas de cualquier tractor o cosechadora. Un usillo, tornillo sin fin, se encarga de variar la apertura de boca y ajustar la distancia entre las mordazas de apriete.

La desventaja reside en que no se puede hacer un ajuste perfecto, por lo que no servirá para grandes pares de apriete o al hacer un mal uso de ella puede deformar las cabezas de los tornillos.

Como regla a tener muy en cuenta en el uso de la llave inglesa, se debe poner siempre la mordaza libre en el sentido de giro.

Llave francesa: Similar a la llave inglesa; también con boca ajustable, pero a diferencia de la inglesa, la llave francesa posee dos bocas y una rosca fina que permite mejor ajuste en la sujección. Como curiosidad, es la figura que aparece en las señales de tráfico que indican taller de mantenimiento.

Grifa: También se le conoce como Stilson, y son muy utilizadas en trabajos de fontanería. Es similar a la llave inglesa, con una mordaza en la que una pinza es móvil y la otra fija. Sus dientes tienen forma de tornillo de banco y permite apretar tuercas en trabajos de gran diámetro.

Alicate extensible: No sirven para grandes tornillos con grandes pares de apriete, pero en muchos casos nos sacarán de un apuro, y con la ventaja de tener muchos anchos de boca.

Las mordazas de la llave-pinza están alineadas casi en paralelo para garantizar un agarre seguro de la cabeza del tornillo.

Otras llaves: En realidad hay una enorme diversidad de llaves, algunas incluso específicas para un uso único: un determinado tornillo o tuerca. Algunos ejemplos más populares:

  • Llave de gancho: O extractor de engranajes es una herramienta especial utilizada en el apriete de tuercas ranuradas
  • Llave almenada o de brida: sirven para apretar tuercas con dos agujeros. Sus espigas se conectan firmemente con la tuerca, lo que permite soltarla y apretarla de manera óptima. La más conocida es la que se utiliza en las amoladoras para fijar el disco de corte

LAS CABEZAS DE TORNILLO MÁS HABITUALES

La clasificación se realiza según las cabezas de tornillo: ranurados; hexagonal; redonda; avellanada…

Hexágono exterior: En este caso, toda la cabeza del tornillo, un hexágono, recibe los pares de accionamiento. Así que, en relación con la rosca de atornillado, el diámetro útil de la cabeza del tornillo es mayor que en el Allen.

Se pueden accionar tanto “desde arriba” con una llave tubo, o desde un lado, con llaves estrella o boca fija.

Las tensiones se concentran en los vértices de los flancos, por lo que, si se usa una llave con cierta tolerancia, puede derivar en deformación por “redondeamiento”; la precaución es utilizar siempre llaves con mínima tolerancia para la correspondiente tuerca o tornillo.

Hexágono interior: También denominado Allen. En su aplicación está la llave Allen de la cual ya hemos hablado líneas arriba. Se centra de modo sencillo y seguro, originando giros perfectamente circulares, siendo, además, difícil de que el tornillo “escupa” la llave.

Hexalobular (Torx): La cabeza del tornillo tiene forma de estrella de 6 puntas. Al igual que el accionamiento hexagonal, también está disponible con perfil interior y con perfil exterior. Se trata de la mejor sujeción en comparación al resto de tornillos. Existen variantes al Torx como es la denominada Torx Plus o la Torx TR a prueba de manipulación porque solo se puede accionar con la punta adecuada.

Allen-Torx: El tornillo Allen vino a solucionar los problemas de redondeo de una tuerca cuando se excede en su apriete, pero un tornillo de Torx mejora la resistencia respecto a un Allen porque tiene mayor superficie de contacto entre llave y cabeza. A igualdad de peso y material, con una llave de Torx se puede ejercer mayor par de apriete que con llave Allen.

Para tornillos más pequeños, se puede recurrir a destornilladores, entonces las cabezas se clasifican en:

Tornillos ranurados: Ha sido el más tradicional de todos los tornillos; muy usado hasta 1950. Para su empleo se usa el atornillador de cabeza plana. Actualmente, muchos otros perfiles lo han superado. El problema del ranurado es que, debido al ancho de la ranura, no se garantiza que el atornillador asiente justo en el centro y con un centrado deficiente se corre el riesgo de un atornillado irregular. Además, los destornilladores tienen riesgo de resbalar en este tipo de ranuras.

Tornillo de estrella: Para subsanar las deficiencias del tornillo ranurado, un tal Thompson crea, 1933, los denominados tornillos de estrella (también llamados Phillips porque tras su invento vendió la patente a la empresa Phillips Screws)

Cabezas Torx
La ventaja de este tornillo es que la estrella obliga a que sea autocentrante. Es más fácil aplicar el destornillador y se tiene más par porque el destornillador apenas resbala.

Pozidriv: Una variante a la ranura de estrella es la denominada Pozidriv, sin embargo, las herramientas no son compatibles y se pueden dañar las cabezas al usarla de forma errónea. Se distingue porque el perfil Pozidriv presenta en su centro unas ranuras adicionales, más pequeñas. Esto les confiere mayor capacidad de transmitir fuerza que en los Phillips.

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By: Catalán Mogorrón, H.

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2 comentarios:

  1. Muy buena información muchas gracias!! Todo este mundillo relacionado con los tornillos y tuercas se vuelve muy interesante, mas cuando se le entiende muy bien a todo el funcionamiento.

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